Cómo hacer un uso adecuado de los antibióticos sistémicos

El 18 de Noviembre se celebra el día Europeo para el uso prudente de los antibióticos, y esto, que a alguno le puede parecer una tontería, resulta que se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública mundial.

Coincidiendo con la celebración de la Primera Semana Mundial de Sensibilización con los Antibióticos se han publicado los resultados de una encuesta realizada por la OMS a nivel mundial y que deja sobre la mesa datos muy relevantes para entender la necesidad de celebrar un día como este.

Según este estudio, dos tercios de la población (un 64%) considera que los antibióticos se pueden utilizar para curar gripes y resfriados.

Este supone uno de los grandes errores en el tratamiento de este tipo de patologías puesto que estos procesos no son consecuencia de la infección por bacterias y por lo tanto no son enfermedades sensibles al uso de antibióticos.

El hecho de tomar un antibiótico ante un proceso vírico como la gripe no solo resulta inútil sino que además crea un daño irreversible en nuestra flora respiratoria e intestinal al eliminar las bacterias sensibles pero permanecer las resistentes que a su vez cada vez se harán más predominantes.

Por otra parte, la encuesta de la OMS muestra que un tercio de la población (32%) considera que debe dejar de tomar el antibiótico una vez remiten los síntomas.

Este es otro error muy extendido ya que para evitar la aparición de resistencias el antibiótico debe tomarse hasta el último día prescrito que suele oscilar entre los 7 y los 14 días.

España figura en segundo lugar, por detrás de Francia, en el uso de antibióticos, sobretodo de los conocidos como amoxicilina con o sin clavulánico (los famoso Clamoxyl o Augmentine).

El uso indiscriminado de estos y otros antibióticos acaba provocando resistencias lo que significa que las bacterias no pueden ser eliminadas tras su uso de manera que la enfermedad persiste pudiendo, en casos graves, llegar a causar la muerte.

En este sentido es muy importante no perder de vista que las bacterias se transmiten fácilmente entre miembros de una misma familia y comunidad, de manera que poco a poco la población general presenta cepas resistentes independientemente de que uno haga un uso adecuado de esta medicación.

Es por esta razón, que las poblaciones más sensibles, como los niños más pequeños y los ancianos, sufren especialmente las consecuencias de este proceso de resistencia antibiótica generalizada aumentando así los tiempos de estancia en hospitales o incluso la imposibilidad de curar enfermedades relativamente sencillas de tratar hasta hace poco como por ejemplo pulmonías.

Es muy importante que la población tome conciencia sobre la importancia que tiene hacer un uso apropiado de las medicinas en general y de los antibióticos particularmente.

Evitar el uso de este tipo de medicación en enfermedades estacionales como la gripe o el resfriado y consultar al medico de cabecera antes de iniciar ningún tipo de tratamiento no solo es fundamental para nuestra salud personal sino que lo es también para la del conjunto de la población.

Es por esto que el uso vacunas en niños y poblaciones de riesgo, a pesar de ser una decisión tan criticada por algunos sectores de la población, supone en realidad un elemento decisivo en la lucha contra las resistencias bacterianas ya que al prevenir la aparición de determinadas enfermedades infecciosas limita también la aparición de sintomatología y por lo tanto del potencial uso incorrecto de los antibióticos.

Hace poco, antes de la publicación de la encuesta presentada esta semana, la OMS advertía a la población sobre los riesgos de entrar en “una era postantibiótica” y señalaba: “Si no cambiamos nuestra forma de producir, prescribir y utilizar los antibióticos, el mundo sufrirá una pérdida progresiva de estos bienes de salud pública mundial».